lunes, 5 de noviembre de 2012

La obesidad en México

LA OBESIDAD EN MÉXICO

Definición del tema.-
            La obesidad es una enfermedad que se manifiesta por la acumulación de exceso de grasa corporal, con implicaciones para la salud de las personas. La cantidad de grasa acumulada de manera excesiva en el cuerpo, su distribución dentro del organismo y las enfermedades asociadas con esta condición, varía entre los individuos obesos, por lo que existen diferentes grados de obesidad.
            Algunas de las enfermedades relacionadas con la obesidad son: diabetes tipo 2; padecimientos cardiovasculares, como hipertensión o infartos cardiacos; algunos tipos de cáncer; enfermedades de la vesícula; depresión; desordenes músculo-esqueléticos y síntomas respiratorios, entre otros.  Los individuos obesos, con exceso de grasa corporal en la cavidad intra-abdominal, tienen un mayor riesgo de desarrollar dichas enfermedades.  Por ello, medir la circunferencia de la cintura es una manera sencilla para identificar a las personas que padecen obesidad y monitorear los riesgos potenciales.
            La medición más utilizada para determinar el estado de nutrición en que se encuentra una persona es el Índice de Masa Corporal (IMC). El IMC fue creado por el estadístico belga Adolphe J. Quelet alrededor de 1835 y consta de dividir el peso de la persona entre la talla (estatura), elevada al cuadrado, es decir: IMC =peso (kg)/talla, al cuadrado (m2).

Objetivo de la investigación.-
Desde hace varios años, la obesidad ha dejado de ser sólo una preocupación estética y un asunto privado para convertirse en un problema de salud pública, debido, entre otros motivos, al incremento de padecimientos asociados con el exceso de peso.
            Las cifras reportadas por algunas organizaciones internacionales, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), han alertado también sobre la creciente prevalencia de la obesidad en México y sus implicaciones para la salud de millones de personas.

Planteamiento del problema.-
Se puede decir que la obesidad ya es una epidemia en nuestro país que propicia no solamente diabetes y enfermedades cardiovasculares, sino también algunos cánceres; además, en general, acorta la esperanza de vida de cuatro a cinco años y afecta la calidad de vida de los jóvenes, sobre todo.
“Es una epidemia porque más de 70% de la población mexicana padece sobrepeso u obesidad. México es el segundo país en el mundo con más individuos obesos, después de Estados Unidos, y el primero con más niños obesos.
En 1993, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas, 21.5% de los mexicanos padecía obesidad; en 2000, según la Encuesta Nacional de Salud, 24%; pero ya para 2006, según los resultados de la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud, 30%.  Así, los obesos y los individuos con sobrepeso -con un Índice de Masa Corporal (IMC) de entre 25 y 30- representan más de 70% de todos los mexicanos.   Por lo que se refiere a los porcentajes de obesidad en la infancia, son, de acuerdo con la última encuesta, de 9.4% de niños obesos y 8.7% de niñas obesas.
De 1999 a 2006 hubo un incremento explosivo en niños de 77% y en niñas de 47%.   La prevalencia de la obesidad en Estados Unidos aumentó 50% en cada una de las cuatro últimas décadas, debido a lo cual hoy en día 32% de la población estadounidense la padece.   Ahora bien, en Estados Unidos, al parecer, estas cifras se han estabilizado en los últimos años y ya no aumentarían en los años por venir. De ser así, México pasaría a ocupar el primer lugar en obesidad en todo el mundo.
Una persona con obesidad es aquella que tiene un IMC mayor a 30. El IMC es el resultado de dividir el peso (en kilogramos) entre la estatura multiplicada por sí misma.
Hay tres tipos de obesidad, dependiendo del IMC: de 30 a 34.9 se llama obesidad grado 1; de 35 a 39.9, obesidad grado 2; y de 40 en adelante, obesidad grado 3 u obesidad mórbida.
  Enfermedad crónica
La obesidad, antaño considerada una condición y hoy una enfermedad crónica, aumenta los factores de riesgo de otras enfermedades y, como ya se dijo, acorta la esperanza de vida.   No sólo está asociada a diabetes mellitus tipo 2 y a enfermedades cardiovasculares, sino también a una mayor incidencia de cáncer de colon, de páncreas, de mama y de ovario, así como de enfermedades osteomusculares (osteoartritis de cadera y problemas de las rodillas). Por si fuera poco, a nivel reproductivo, los obesos son menos fértiles debido a las alteraciones hormonales que sufren.
Asimismo, la obesidad afecta gravemente a las instituciones de salud y las afectará más en el futuro: dentro de dos o tres décadas, por ejemplo, las unidades de cuidados intensivos para pacientes con problemas cardiovasculares serán totalmente insuficientes.
¿Por qué? Porque entonces se juntarán los sujetos que ahora tienen entre 30 y 50 años de edad con los obesos que actualmente tienen entre 15 y 25 años de edad, y que muy pronto comenzarán a padecer enfermedades cardiovasculares.
Por lo caro de los tratamientos médico-farmacológico-quirúrgicos, la alta morbilidad de la obesidad, con enfermedades letales asociadas, incrementará los costos de la atención de la salud en México, de por sí ya desbordados.  Al respecto, Méndez Blanco comenta: Un obeso con diabetes, hipertensión y algún problema de osteoartritis tiene que tomar de cuatro a ocho medicamentos, algunos de ellos muy caros. Y si presenta complicaciones, debe ser internado en un hospital.  
 Aunque no se tienen cifras exactas de cuánto cuesta en México la atención médica de la obesidad y sus complicaciones, es un hecho indudable que cada vez costará más porque a medida que pasa el tiempo hay más obesos.
  Mutaciones en genes
La obesidad es una enfermedad multifactorial, en la cual -según diversos estudios realizados desde fines de la década de los años 80 y principios de los 90- el factor genético influye en 40% a 70% de los todos los casos.  En el organismo humano hay más de 250 genes que están relacionados con la obesidad. Unos tienen que ver con el metabolismo; otros, con la saciedad o con el apetito voraz.
Sin embargo, más que los genes que afectan el metabolismo, son los genes que regulan el apetito a nivel cerebral (inciden sobre la dopamina, la serotonina, los opioides endógenos y muchas otras sustancias) los que posiblemente están alterados en la mayoría de los obesos.
Se sabe que mutaciones en el gen del receptor 4 de la melanocortina propician algunos casos de obesidad, pero hay muchos otros genes involucrados que determinan que una persona tenga mayor voracidad o se contenga ante un plato grande de comida y no se lo termine.  En la obesidad posiblemente estén involucrados los genes de los receptores de la dopamina, que es una amina cerebral que regula el proceso de cognición, la locomoción y el comportamiento, pero que tiene que ver también con las adicciones (a las drogas, al alcohol, al juego, al sexo, a la comida).
  Ambiente obesogénico
Incluso se ha sugerido que, al haber un ambiente obesogénico, con una gran disponibilidad de alimentos, los cambios evolutivos recientes en los genes de los receptores de la dopamina, los cuales han sido seleccionados para incrementar los aspectos cognitivos y de flexibilidad en el comportamiento, pueden ser asociados ahora a un incremento en el consumo de alimentos.  Es decir, si el entorno de esas personas es un ambiente obesogénico, resulta muy fácil que se vuelvan obesas.
 Con todo que un individuo tenga una carga genética para desarrollar obesidad no implica necesariamente que vaya a ser obeso. Se puede acotar esa predisposición con educación.  De ahí que, ante la epidemia de obesidad en nuestro país, el investigador universitario exhorte al gobierno federal a diseñar programas para que tanto en casa como en el kínder y en las escuelas primarias se les enseñe a los niños qué deben y no comer, y a reforzarlos con campañas preventivas.
Hay que enseñarles a comer alimentos sanos. Ciertas cosas se deben comer con moderación, como la comida de alta densidad energética. No es bueno acostumbrarlos a los sabores muy dulces. Estudios en animales de laboratorio demuestran que la adicción a ellos es mayor que la adicción a la cocaína.

Marco teórico conceptual.-
La obesidad ha sido considerada como pandemia ya que en este siglo XXI ha ocurrido un gran aumento en la población con obesidad en gran parte de los países más importantes del mundo.  La obesidad la podemos definir como una enfermedad crónica de origen multifactorial que se caracteriza por el aumento excesivo de grasa o la gran acumulación de tejido adiposo en el cuerpo.
           La OMS (Organización Mundial de la Salud) define como obesidad cuando el IMC o índice de masa corporal (cálculo entre la estatura y el peso del individuo)  La obesidad es un trastorno multifactorial en cuya etiopatogenia están implicados factores genéticos, metabólicos, psicosociales y ambientales, la rapidez con que se está produciendo el incremento de su prevalencia parece estar más bien en relación con factores ambientales.  Es así que para desarrollar la obesidad es necesario el efecto combinado de la predisposición genética a este trastorno y la exposición a condiciones ambientales adversas.
          Los factores genéticos rigen la capacidad o facilidad de acumular energía en forma de grasa tisular y menor facilidad para liberarla en forma de calor, lo que se denomina como elevada eficiencia energética del obeso.4 Se produce porque a largo plazo el gasto energético que presenta el individuo es inferior que la energía que ingiere, es decir existe un balance energético positivo.
         
Cuando los padres son obesos los hijos son mayormente propensos a serlo. Mucho afecta los hábitos dietéticos y la vida sedentaria que los menores puedan tener, ya que la mayoría de ellos prefieren los juegos de video, o la televisión para pasar el rato, en lugar de realizar juegos fuera de casa como jugar futbol, básquet, etc., además de que no tienen una alimentación saludable ya que la mayoría de los menores con obesidad consumen alimentos con gran fuente de carbohidratos y grasas en lugar de consumir alimentos más saludables y que afecten menos a su salud.